Cadena SER: Miles de personas de toda Galicia tomaron las calles de Santiago de Compostela en una masiva manifestación en defensa de la sanidad pública y contra las políticas de la Xunta, al grito de "Rueda, atiende, la sanidad no se vende". Una marea humana tomó la capital gallega, serpenteando desde la Alameda hasta la plaza del Obradoiro, abarrotada.

Después de otro año de movilizaciones en buena parte de las localidades gallegas, la plataforma SOS Sanidade Pública decidió volver a convocar una manifestación central, en defensa de la sanidad pública, clamando contra la saturación en el sistema, la sobrecarga de trabajo de los facultativos, la falta de profesionales para prestar servicios en centros sanitarios y la dificultad para conseguir cita en un tiempo razonable. También reclaman un incremento notable en el presupuesto que se dedica a sanidad.

Minutos antes del inicio de la manifestación, Manuel Martín, portavoz del colectivo, quiso expresar el "rechazo de la población por la situación de la sanidad pública gallega", y calificó la de la Atención Primaria como "absolutamente lamentable".

Declaró que las listas de espera para acceder a un centro de salud "superan la semana, los 15 días o incluso el mes", y agregó que las listas en los hospitales "son inaceptables". En este sentido, acusó al Sergas de "mentir" con las cifras, y declaró que "probablemente sean el doble de las que reconocen". "Maquillan los datos", insistió.

También se mostró crítico con la situación de las residencias de mayores, que "es tremenda", y recordó que "la mortalidad fue terrible durante la pandemia, por falta de asistencia sanitaria".

En este contexto, aseveró que "no se permite más dilación a la hora de adoptar decisiones". Desde la plataforma pusieron encima de la mesa 13 medidas, "no es verdad que la sanidad pública gallega no tenga solución", que "no depende de Madrid", sino de la Xunta "de poner los presupuestos que hacen falta".

Garantizó que van "a seguir resistiendo" frente a una administración que "apuesta por el desmantelamiento y privatización, por seguros privados y enriquecer a las organizaciones que controlan los hospitales públicos de Galicia".

Una manifestación para abrir la campaña

El movimiento del Partido Popular de adelantar la convocatoria de las elecciones gallegas motivó que la protesta coincida en el primer fin de semana de campaña electoral de las elecciones autonómicas. Los candidatos de las fuerzas progresistas (BNG, PSdeG, Sumar o Podemos) se dieron cita en la protesta. No en vano, la situación de la sanidad es el principal asunto de preocupación de los gallegos, de acuerdo con el barómetro del CIS, y fue uno de los asuntos que motivó mayores confrontaciones en el debate inaugural de campaña en la SER.

Sin embargo, desde el PP, su candidato, Alfonso Rueda, insiste en hablar del perfil político de la manifestación. Declaró que tenía un perfil "electoralista" y contrapuso que su partido "organiza actos electorales" y que otras formaciones "organizan manifestaciones". Por su parte, el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, mostró en una entrevista en la Cadena SER su "respeto" a la protesta y a los asistentes, pero lamentó que el argumento no estuviera bien centrado.

En esa manifestación, la candidata del BNG, Ana Pontón, cargó contra los "15 años de un PP Terminator de la sanidad pública", en los que "no sólo ha habido mala gestión, también hubo mucha ideología", lo que llevado a "poner en riesgo la salud de la gente".

Así, habló de "un deterioro brutal de la sanidad pública", con "11.000 niños sin pediatra y un 14% de los ciudadanos esperando por pruebas y por consultas".

El aspirante socialista, José Ramón Gómez Besteiro, expuso el empeoramiento de la sanidad con el incremento del tiempo que tienen que esperar los gallegos para acceder a su médico de cabecera.

Por su parte, desde Sumar, Marta Lois, afirmó que "hay un desmantelamiento de los derechos sanitarios de los gallegos" y aseveró que "la sanidad gallega está en coma".

También acudió la candidata de Podemos, Isabel Faraldo, que cifró en 2.000 los millones de euros recortados en el proceso de "desmantelamiento" de la Primaria.