No hay pediatra para el consultorio del estigmatizado barrio valenciano de La Coma

EL PAÍS: “La culpa es de la fama del barrio”, “Por el estigma que tiene La Coma no quieren venir los médicos”. “Por unos pocos que han creado problemas, pagamos todos”. “Es verdad que hubo amenazas y que los médicos lo han pasado mal, pero ahora hay guardias de seguridad, la policía está por aquí y hay un detector de metales y no pasa nada”. Son algunas de las principales quejas y reivindicaciones por falta de personal en el consultorio médico de los vecinos del barrio de La Coma, ubicado a unos kilómetros del núcleo del municipio valenciano de Paterna (70.000 habitantes) al que pertenece. Los vecinos, al mismo tiempo, manifiestan su total apoyo a los sanitarios y al personal administrativo del centro.  


Este lunes por la mañana se concentraron a las puertas del centro para reclamar que la Consejería de Sanidad asigne más recursos, en especial, un pediatra. El último especialista se marchó hace cinco meses, tras las amenazas y agresiones que provocaron el cierre el pasado mes de mayo del consultorio durante 12 días ante las bajas laborales de los sanitarios y el personal administrativo. Volvió a abrir con custodia policial permanente, guardas de seguridad y un detector de metales, pero sin prestar servicio de pediatría. El incidente que precipitó el cierre fue la actuación desde varios ámbitos, incluido el sanitario, para retirar la custodia de unos menores a sus padres por presentar graves problemas. 
 

“El ambiente estaba caldeado, el incidente pasó y no ha vuelto a haber problemas y, sin embargo, no hay pediatra cinco meses después, ni psicólogo infantil y aquí lo necesitamos mucho porque hay muchos niños en el barrio. Ahora hay solo cuatro médicos y no dan abasto para las 12.000 personas a las que debe dar servicio”, explica Alfonso Muñoz, presidente de la Asociación de Vecinos de La Coma. El barrio se creó en los años 80 para acoger en viviendas de protección oficial a familias vulnerables y desfavorecidas y erradicar el chabolismo. Antes del verano, hubo varias redadas policiales en las que se decomisaron drogas y algunas armas blancas.

María José, de 32 años, tiene tres hijos. Reside en el barrio desde los tres años y asegura que su mala fama es por culpa de unos pocos, porque ella siempre ha vivido “sin problemas”. Ahora le resulta muy costoso ir al pediatra al centro de la urbanización de La Cañada, a unos siete kilómetros, donde han sido desplazados parte de los vecinos de La Coma, tanto por el tiempo que se emplea como por el dinero. “Yo a veces tengo que ir en taxi por necesidad y no me llega”, apunta una mujer con dos menores en acogida. “Nos tratan como si fuéramos delincuentes”, agrega.

Juan Enrique Palencia, dirigente vecinal, señala que muchos de pacientes se han tenido que derivar a otros centros de salud por la falta de médicos y al respecto ha advertido de “la mala comunicación” que también existe entre este barrio y el centro de Paterna. Por ello, ha señalado que es “urgente” que se contrate a más médicos y que se amplíe también el horario.

Faltan pediatras en general 

La consejería de Sanidad explica que “ante las dificultades para contratar a profesionales de Pediatría en general, en el caso concreto del consultorio de La Coma se ha llevado a cabo una redistribución de los recursos con los que contaba este centro”. “Así, los pacientes pediátricos de ese consultorio han sido derivados a los centros sanitarios más próximos, donde cuentan con la atención sanitaria que requieren durante todo el año. Cabe destacar que las bolsas de profesionales de Pediatría están permanente abiertas y en el momento que se inscribe un pediatra que cumple los requisitos, se procede a su contratación para cubrir las vacantes”, indican fuentes oficiales del departamento. Y añaden que la población infantil es atendida en la ISMU “Unidades de Salud Mental Infantil) del Centro Sanitario Integrado de Paterna.

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